¿Cómo funcionan los frenos automáticos de un vehículo?
El sistema de frenado automático forma parte del programa sobre conducción automática que está previsto implantarse dentro de los próximos diez o quince años para ofrecer una asistencia total en la conducción y está desarrollado específicamente para evitar accidentes por colisión, además de proveer la comodidad en la conducción.
Una de las principales causas en los accidentes de tráfico se deben a porque el conductor no frena en el tiempo preciso
Los principales accidentes de tráfico debido al sistema de frenado se producen porque el conductor no frena en el tiempo preciso, no calcula la distancia apropiada para evitar el impacto o simplemente no aprovecha toda la potencia del sistema para frenar a fondo, motivo por el que los frenos automáticos se han desarrollado para solucionar esos problemas mediante la automatización de las variables.
Otra causa común en los accidentes en los que intervienen errores en el frenado es la disminución de los reflejos a causa del cansancio y la visibilidad, pues cuando se pasa mucho tiempo en carretera, el agotamiento físico y el sueño ralentizan los reflejos naturales induciendo a un mayor tiempo en la reacción.
La visibilidad también afecta a la respuesta del conductor a la hora de frenar, un problema que no se produce con los frenos automáticos porque su sistema lleva incorporado una combinación de variables automatizadas que incluyen velocidad, estabilidad y distancia de objetos para evitar la colisión activando la respuesta de frenado en el menor tiempo independientemente de las condiciones climatológicas o estado del terreno.
Tipos de frenos automáticos y cómo funcionan estos sistemas
Como casi todos los componentes del vehículo hay distintos tipos de frenos automáticos adaptables a distintos tipos de situación, por lo que se deberá evaluar este dato antes de la elección para garantizar mejor el rendimiento. Básicamente existen sistemas de frenado automático para ciudad y carretera.
La situación es importante a la hora de elegir el sistema más apropiado porque en función de eso la distancia de frenado se acorta o amplía para una respuesta más adecuada, los sistemas de frenado desarrollados para circular por la ciudad pueden frenar a una velocidad aproximada entre 30 o 50 Km/h y los sistemas desarrollados para carretera pueden ampliar esta velocidad hasta los 200 km/h.
El sistema de detección y frenado automático común funciona mediante la implantación de rayos infrarrojos para detectar obstáculos en las distancias anteriormente cortas. Para las distancias largas se utiliza el radar o el "Lidar" cómo tecnología habitual para la detección y reconocimiento de objetos en el trayecto, la diferencia entre ambos dispositivos es que el primero es que el primero utiliza ondas de radio para la detección y el segundo utiliza el láser.
El funcionamiento en teoría es simple. Cuando los límites de distancia de seguridad establecidos en el dispositivo se rebasan, se emite una señal de aviso para que el conductor frene. Este aviso puede ser una señal visual o acústica que puede ir acompañada de una acción suave del mecanismo de freno que se desbloquea mediante la activación del pedal por parte del conductor, pero si la respuesta no se produce en un baremo de tiempo contemplado en el sistema se produce la activación automática de los frenos. De igual forma que sucede con el airbag y otros mecanismos de seguridad.
Las estadísticas vinculadas a los estudios sobre su funcionamiento avalan su eficacia constando su utilidad en la prevención y reducción del número de accidentes de tráfico por lo que la Unión Europea está valorando la posibilidad de su implantación obligatoria dentro de unos años.